Thomas Belt, ingeniero y geológo inglés, contratado para laborar en las minas de oro de Chontales como geológo minero, aprovechó sus 55 meses de estancia en Nicaragua para sus estudios e investigaciones como naturalista. Producto de sus observaciones y viajes en el territorio escribió su libro "El naturalista en Nicaragua" publicado en 1873.
Sobre este libro escribió Francis Darwin refiriéndose a su padre: "En la primavera de este año (1874), él (Darwin) leyó un libro que le satisfizo plenamente, y al que a menudo se refería con admiración". El propio Charles Darwin afirmó en una carta a Sir. J.D. Hooker: "He leído a Belt y me place saber que también a Ud. le haya encantado; me parece la mejor de todas las narraciones que se hayan escrito sobre historia natural".